lunes, 24 de diciembre de 2012

Todo el año es navidad

pesebre2012

Todos tenemos tradiciones estúpidas. La mía consiste en subir este cuento todos los años. Buen 2013.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Carta a los fabricantes de cubiertos de plástico *

CUBIERTOS PLÁSTICOS

Señores fabricantes de cubiertos de plástico: no miren para otro lado, la conocida frase “no cortan ni pinchan” fue hecha para ustedes.

Si esta fuera una tribuna amante del cinismo, debería haberles escrito para felicitarlos por el modo en que han construido un imperio comercializando semejante sinsentido. Millones y millones de cuchillos sin filo acompañados de tenedores que se quiebran al colisionar con cualquier milanesa.

Señores fabricantes de cubiertos de plástico: sepan que vuestro inexplicable éxito se debe menos al talento que a la incapacidad del género humano para ejercer la memoria inmediata. Porque de lo contrario, ¿cómo se explica que alguien a quien se le quiebra un tenedor de plástico decida reemplazarlo por otro igual? ¿Es que nunca aprendemos?

Bien se ha dicho que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Agreguemos de una vez: y el único que insiste en usar cubiertos de plástico.

Y así como el hígado de Prometeo volvía a crecer cada noche para que un águila volviera a deglutírselo, de la misma manera, los cubiertos de plástico maltrechos son una y otra vez reemplazados por otros cubiertos de plástico que volverán a romperse para ser reemplazados por otros.

Señores fabricantes de eso: ¿En qué nuevos proyectos andan trabajando? ¿Acaso en un auto inmóvil? ¿En desodorantes con olor a transpiración? ¿En un martillo neumático de gomaeva?

Cada día, miles de oficinistas ponen en riesgo su vida al deglutir trozos de tenedor que quedan escondidos en porciones de pizzas recalentadas, en tristes tartas de verdura, en sobrantes de cenas. Esas puntas, devenidas en traicioneros aguijones descartables, podrían algún día clavarse en las paredes del esófago. Si es que alguna vez pudieran clavarse en algo, claro.

Y qué decir de esos simulacros de cuchillos que no servirían ni para abrir el envoltorio de esos simulacros de cuchillos que no servirían ni para abrir… Y así al infinito. ¿Cómo es que no han sido prohibidos por alguna entidad de esas que defienden a los consumidores o incluso a los cuchillos?

Señores fabricantes de cubiertos de plástico: es extraño que no hayan sufrido aún el ataque de algún usuario harto de tanta frustración. Dios no lo permita. Eso sí, si llegara a ocurrir, ojalá sólo tengan a mano para defenderse uno de sus inútiles cuchillos de plástico. A ese episodio podría uno llegar uno a denominar "justicia".

Sin otro particular, me despido de ustedes atentamente.

 

* Carta leída en el programa CON QUÉ SE COME del 23 de octubre de 2012.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Carta a los fabricantes de Giacomo Capelettini *

giacomo1 

Señores: no entiendo de qué se ríen las madres que aparecen en las publicidades de sus productos. No entiendo las publicidades de sus productos. Señores, no entiendo sus productos.

Señores fabricantes de Giaccomo Capeletini, ustedes no nos engañan: todos nos damos cuenta de que si se promociona un alimento diciendo que es práctico y que tiene vitaminas, no hay posibilidad alguna de que sea rico. Ya nos han vendido autos que contaminan poco y presentado mujeres de gran simpatía: no nos embaucarán más. Mírennos a los ojos y atrévanse, señores, a asegurarnos que esa pequeña piedra de relleno incierto tiene algún vestigio de sabor que no sea el de la salsa que le echamos encima.

Señores fabricantes: aseguran ustedes producir la primera pasta deshidratada de la Argentina. Me pregunto ¿desde cuándo la deshidratación es un valor?

Ustedes se jactan, señores, de alimentar a nuestros niños. Les diré yo qué es lo que alimentan: ustedes alimentan la confusión acerca de lo que es una pasta. Una pasta tiene verduras, queso, ricotta… No Fosfato tricíclico, de ningún modo glutamato monosódico… ¡Jamás grisines molidos!

Señores fabricantes de Giaccomo Capeletini: ¡Despierten! ¿Qué dirán nuestros niños el día en que alguien les sirva una pasta de verdad? ¿Cómo reaccionarán sus gelatinosos cerebelos ante el estímulo inesperado del sabor? ¿Cómo asegurar que ante este escenario abismal nuestros pequeños comensales no se vean arrastrados por un irrefrenable impulso de violencia?

Puedo imaginarlos, echando mano de sus envases de plástico y atacando a la civilización toda muñidos de esos misteriosos guijarros que ustedes insisten en llamar comida. Una especie de Intifada artificial pero sumamente proteica.

Señores fabricantes de Giacomo Capeletini, nos gustaría saber que estas palabras los llevan a la reflexión, a la autocrítica. Eso, realmente, nos daría gusto. Algo que, por el momento, sus productos están imposibilitados de darnos.

Sin más, me despido de ustedes atentamente.

 

* Carta leída en el programa CON QUÉ SE COME del 16 de octubre del 2012.

sábado, 8 de diciembre de 2012

#Noviembre







sábado, 10 de noviembre de 2012

Instrucciones para ver teatro

blog 11 12

“Oh, si una Musa de fuego ascendiera

al más brillante cielo de la invención;

un reino por un escenario, príncipes que actúen

y reyes viendo crecer la escena.

Entonces el aguerrido Harry, él mismo

asumiría el porte de marcial y a sus talones,

azuzados como sabuesos, el hambre, la espada, y el fuego

se agazaparían pidiendo empleo. Pero perdonad, gentil público,

a los chatos espíritus que han osado

presentar en este indigno tablado

tan grande tema: ¿podrá este patio de riña de gallos

contener los vastos campos de Francia?, ¿o llenar

esta O de madera con los cascos mismos

que atemorizaron el aire en Agincourt?

¡Oh, perdón! Ya que una figurita chueca puede

representar millones en un pequeño espacio,

como ceros en esta gran cuenta,

trabajemos sobre vuestras fuerzas imaginarias.

Suponed que dentro del cerco de estos muros

haya ahora encerradas dos grandes monarquías,

cuyos frentes que se elevan lindantes

el peligroso y estrecho océano divide:

componed nuestras imperfecciones con vuestros pensamientos,

dividid a un hombre en mil partes

y producid una fuerza imaginaria;

cuando hablamos de caballos pensad que se ven

sus soberbios cascos hollando a la entregada tierra;

pues vuestras ideas son las que hoy adornarán a los reyes,

llevándolos de aquí para allá, saltando sobre el tiempo,

convirtiendo las proezas de muchos años

en un reloj de arena…”

 

William Shakespeare, fragmento del comienzo de Enrique V

En la foto, el increíble elenco de La Ausencia de todas las cosas, que se presentará por última vez el viernes 16 de noviembre a las 22:30 en el teatro El Popular (Chile 2080)

jueves, 1 de noviembre de 2012

#Octubre







martes, 16 de octubre de 2012

Encendido *

ENCENDIDOmosqueira

Bermúdez desechó las ramitas húmedas y amontonó las otras junto a unos bollos de papel en el brasero de la parrilla del patio. La idea, comentó serio, era sumarle unas maderas más grandes e ir acomodando el carbón sin tapar el fuego. Pero entonces se aproximó Ferrarotti, exhibió una botella de vidrio y comenzó a rodearla con trozos de diario enrollado. Explicaba la importancia del oxígeno en la combustión y se disponía a encender su “volcán” cuando se oyeron los pasos de Torres. Traía un cajón de frutas, convenientemente vacío. Lo apoyó en el brasero boca abajo, puso la bolsa de carbón encima y prendió un fósforo. Sin embargo, a Coccimano esto le pareció poco, así que extrajo del bolsillo interior de su saco un frasco de alcohol y roció con él las maderas y papeles. Gorostiaga acompañó la acción aplicando aire con un fuelle, que enseguida Pérez reemplazó por un ventilador turbo.

jueves, 4 de octubre de 2012

#Septiembre






lunes, 1 de octubre de 2012

Los otros

Tener ganas de decir algo y que eso salga al aire. A veces pasa. Y es un privilegio que se celebra.

martes, 25 de septiembre de 2012

Sous la nuit

pizarnik

Los ausentes soplan grismente y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto.

Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.

Grito mentalmente, el viento demente me desmiente, me confino, me alejo de la mano crispada, no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche, esta errancia, este no hallarse.

Toda la noche hago la noche.

Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.

Palabra por palabra yo escribo la noche.

 

De una hoja mecanografiada por Alejandra Pizarnik, enviada a Félix Grande y publicada por Cuadernos Hispanoamericanos en agosto de 1972, un mes antes de su muerte. (Alejandra Pizarnik, Poesía Completa, Lumen)

domingo, 16 de septiembre de 2012

Escritos de antiayuda, 1

 

Escribir un libro, plantar un árbol, tener un hijo.

Quemar una iglesia, escupir un café, trompear a un escribano.

Olvidarse el paraguas de otro, asustar un gato apenas chistando, rayar un auto caro con una moneda barata.

Faltar a las fiestas, eludir los cementerios, despreciar la sinonimia como indicio de buena escritura.

Perder los números de teléfono, los estribos, el tiempo.

Ignorar todo lo que haga falta, demorar o apurarse pero siempre porque sí, escaparle sistemáticamente a los supermercados los días sábados.

Esquivar ex amigos, ex novias, ex compañeros, ex amantes. Pero tenerlos.

Volcar un vaso sobre la alfombra de un Subsecretario. Volcar. Revolcarse.

Abandonar sin culpa alguna libros, salas de cine, Facebook.

Desechar los consejos. Pero sobre todo a las personas que los dan.

Aprender sobre asuntos que no sirven para nada con el entusiasmo de las salidas laborales.

Celebrar la inutilidad, lo innecesario, lo obsoleto.

Detestar los sermones, las religiones, las sectas, las capillas. Especialmente, las ateas.

Evitar el olor a flores descompuestas. Y beberse el vino de los floreros.

Finalmente, escuchar el ruido de mar con los ojos cerrados.

No mucho más.

lunes, 3 de septiembre de 2012

#Agosto

domingo, 26 de agosto de 2012

Hacer estallar la sociedad

perro andaluz 

“Al igual que todos los miembros del grupo, yo me sentía atraído por una cierta idea de la revolución. Los surrealistas, que no se consideraban terroristas, activistas armados, luchaban contra una sociedad a la que detestaban utilizando como arma principal el escándalo. Contra las desigualdades sociales, la explotación del hombre por el hombre, la influencia embrutecedora de la religión, el militarismo burdo y materialista, vieron durante mucho tiempo en el escándalo el revelador potente, capaz de hacer aparecer los resortes secretos y odiosos del sistema que había que derribar. (…)

El verdadero objetivo del surrealismo no era el de crear un movimiento literario, plástico, ni siquiera filosófico nuevo, sino el de hacer estallar la sociedad, cambiar la vida.

La mayoría de aquellos revolucionarios eran de buena familia. Burgueses que se rebelaban contra la burguesía. Este era mi caso. A ello se sumaba en mí cierto instinto negativo, destructor, que siempre he sentido con más fuerza que toda tendencia creadora. Por ejemplo, siempre me ha parecido más atractiva la idea de incendiar un museo que la de abrir un centro cultural o fundar un hospital.”

Mi último suspiro, Luis Buñuel

viernes, 3 de agosto de 2012

#julio







































lunes, 30 de julio de 2012

3 años

3

El jueves 30 de julio del 2009 abrí este blog. Alguien me dijo que un guionista de tele abriendo un blog era un suceso incomprensible, como un cartero que aprovechara sus ratos libres para caminar.  Y a lo mejor tenía razón. Pero ya era tarde. Ya estaba ahí. Tenía un nombre, un post, un lugar donde desplegar las pequeñas ideas que se me enredan en las patas del sueño a la hora de dormir. Ya veríamos hasta dónde llegaría aquel capricho.

Tres años después, el asunto fue demasiado lejos como para insistir en llamarlo así. 108 entradas, más de 400 comentarios, 36 mil visitas y 122 seguidores le han dado cierto sentido.

Este fue el primer post del Para cuándo lo tenés: Otro Final. Y este, el más leído: Buenas noches, América. ¿Cuál será el favorito de los lectores?

Parado en el 2012 puedo decir que banco bastante las cosas que escribí en este blog hasta el día de hoy. Y que entendí, definitivamente, que los carteros deben sentir mucho placer en eso de salir a caminar sin rumbo, con el beneficio de perderse, cada tanto, sin tener que entregar ni una puta carta.

miércoles, 25 de julio de 2012

Los ojos

ferreyra

Los ojos de Mariano Ferreyra brillan como locos. Es lo que ocurre con los ojos de aquellos que miran al futuro cara a cara. Esos ojos son (eran) los que tienen los pibes que pelean sin dejar de ser pibes, personas. Ojos que uno nunca puede imaginar cerrados. Esos ojos te interpelan en cada afiche, en cada pintada. Esos ojos, claro, desquician a los asesinos.

Como aquellos haces de luz que nos revelan un aire poblado de partículas. Así fue el asesinato de Mariano Ferreyra. Allí estaba todo, tan presente que no nos tomábamos el trabajo de mirarlo: los sindicalistas empresarios, las complicidades del Estado, las prácticas procesistas de la policía, la violencia política agazapada, las barras bravas alimentadas desde los poderes, la miseria mediática. Olvidamos las partículas para poder respirar sin pensar cada bocanada. Pretendemos olvidar también esto. Pero entonces aparece el horror y la imposibilidad de seguir cerrando los ojos. Los nuestros.

Entre un militante de 23 años movilizado para reclamar por la suerte de sus compañeros y un tipo que se enriqueció mientras sus representados quedaban en la calle hay un mundo. Un trayecto infinito que sólo puede unir el violento recorrido de una bala. Así pasó ese absurdo (o más bien lógico) mediodía de octubre del 2010.

Nadie debería ahora darse un baño de indignación primermundista y exclamar que esta clase de crímenes solo ocurren en nuestro país. A esta altura de la historia de la humanidad (y del capitalismo occidental) la aberración ha dejado de ser un hecho fortuito para convertirse en aquella norma subterránea que cada tanto emerge. Lo que sí está claro es que las sociedades son mejores o peores, avanzan o retroceden según la manera en que reaccionen cada vez que estos episodios les estallan en las manos. Si olvidan o recuerdan, si aclaran o si oscurecen, si cubren estos hechos con la noticia siguiente o ponen en fila todas sus (limitadas) posibilidades para hacer Justicia, para reparar, para que se modifique algo de ese orden negro que termina con un pibe cargado de futuro desangrándose en la calle.

Será eso, nada menos, lo que se ponga en juego en los próximos días en un estrado judicial.

De este proceso saldremos con alguna esperanza o derrotados, como tantas otras veces, por las fuerzas penumbrosas que de alguna manera, desde recónditos lugares, gobiernan siempre, gane quien gane. Por eso estaremos atentos, siguiendo expectantes cada hora, cada palabra. Mirando todo de cerca, a través de sus ojos. Por los ojos de Mariano Ferreyra.

domingo, 22 de julio de 2012

En presente, en tercera y sin adjetivos 2

libros[4]

Qué: Es un curso de introducción a la escritura dramática. Un recorrido en el que te presentamos algunas herramientas necesarias para entrar al mundo del guión y la dramaturgia. Y que te enseña a usarlas. La idea es trazar juntos un mapa de la escritura dramática y ponerte en movimiento en ese territorio. Intentar sacarse el miedo y las dudas a la hora de encarar esa idea que te anda dando vueltas por la cabeza. O ayudarte a buscarla. Y reírse un poco del mítico pavor a la página en blanco. Arrancar.

Cómo: 16 encuentros dirigidos a quienes no tengan experiencia en el campo de la escritura dramática. O hayan tenido una experiencia desagradable. Puede pasar.
El corazón del curso es teórico: se intentará desplegar el conjunto de conceptos básicos con los que se trabaja a la hora de encarar un texto dramático y conocer las especificidades de los diversos soportes y géneros. Sin embargo, también habrá componentes de taller con ejercicios de escritura que sirvan para bajar cada herramienta al bendito papel. La posibilidad de usar cada una de las herramientas que aparecen al servicio de ideas propias.
La tercera pata del curso es audiovisual: material que brinde ejemplos (y contraejemplos, claro) de cada tema abordado.

Quiénes: El curso lo damos Andrés Rapoport y el sujeto que escribe este blog. Ambos venimos rodando por los derroteros de la TV y el teatro hace unos cuantos años. (Vale Googlearnos).

Cuándo: Los viernes, de 18:30 a 20:30, a partir del 10 de agosto.

Dónde: Gurruchaga 2122, Palermo, CABA. Información e inscripción en elcrucenuevoencuentro@gmail.com

Por qué: Vos sabrás. Tampoco podemos decirte todo.

domingo, 1 de julio de 2012

#junio






























domingo, 17 de junio de 2012

Buenas noches, América

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En la escritura dramática distinguimos el diálogo de la conversación. Los personajes dialogan, las personas conversan. El diálogo es una secuencia de pequeños o grandes pulsos dramáticos, de acciones y reacciones, que hacen avanzar una trama. En la vida real, ese tipo de intercambios prácticamente no existe. Sería insoportable.

En nuestra tediosa y estirada vida real, conversamos. Pocas veces decimos algo. Apenas si le manifestamos al otro un “estoy acá”. O como diría Jakobson: “el canal está abierto”. Lo hacemos hablando de cosas sin relevancia alguna: el tiempo, el fútbol, la televisión.

Los programas con muchos televidentes son -sobre todas las cosas- un gran tema de conversación, lo que a su vez suele atraer a más televidentes. El pavor de quedarse afuera de las conversaciones de oficina puede ser atroz. Y la verdad, esto de que “lo que mata es la humedad” es un tópico que empieza a agotarse.

Marcelo Tinelli entendió esto como pocos. ¿Qué es el formato Show Match sino una gran centrifugadora de temas de conversación? Parejas juzgadas por sus ex, enanos danzantes, tetas que se escapan, esa figura que nunca pensamos que estaría, el tipo amenazado de secuestro, los que se insultan entre sí en los programas de la tarde, la que se separó, el que se juntó, el que se juntó con la que se separó…

Tal vez sea eso, más que ninguna otra cosa, lo que Tinelli ofrece a los argentinos. Y así como los periodistas añoran instalar la agenda de actualidad, el Bailando despliega la agenda del pelotudeo argento, esa que se impone en las adyacencias de la máquina de café, en los viajes en taxi, en las sobremesas de parejas agobiadas, entre los primos distanciados o los efímeros compañeros de ascensor.

Tinelli entendió también a la perfección este asunto del reality. El estricto formato Gran Hermano y sus copias más o menos soportables, apenas si cumplen hoy con los niveles de audiencia que se soñaron en algún momento o que alcanzan en países como Chile. Ese espacio está ocupado aquí por Show Match: ese constante constructor de famosos sin ningún talento.

Por el Bailando llegamos a hablar todos de un millonario anabolizado. Y cuando fue esputado a la dura calle del cuentapropismo, apareció su guardaespaldas y después quizás su novia, la mascota de ella, y el albañil que practicó zoofilia con la susodicha. Marce es el dealer que distribuye pases de fama instantánea. Les ha servido a anónimos, a famosos que desean volver a ser quienes fueron y hasta a empresarios colombianos de riqueza indemostrable para ganar elecciones.

El problema llega con el pánico de cuestionar al exitoso. Y entonces vemos periodistas que son implacables con los ciclos de escasa audiencia, conmoverse hasta las lágrimas con un producto al que destrozarían si tan sólo midiera la mitad. No importa, por ejemplo, si en el sketch de apertura se gastó en contratación de figuras lo que se ahorró en guionista, director, editor y hasta en la presencia de un mero asistente que les dijera a los actores para dónde tenían que mirar. Ellos se orinan de placer, y les parece que juntar centenares de bailarines en un estudio es sinónimo de producción y despliegue. Aunque se choquen. Aunque ejecuten una coreografía que haría parecer elegante al Show de Ante Garmaz en el canal 7 de los 90. Aunque aburra.

Y no es sólo el éxito: es la sensación de que Marce es el probable contratista de todos los que tratamos de arrimarnos a este meollo de la TV (incluyendo el diminuto escriba que dispara esta nota).

“Gran producto televisivo” dicen los cronistas sonrientes, cuando apenas hay lugar para exclamar “la puta, ¿cómo pueden millones de personas ver esta cadorcha?”.

Algunos, más osados (y dando muestras de su alergia a cualquier bibliografía que roce el tema del que hablan todo el tiempo) no dudan en llamar “popular” al programa de Marce. Pasándose por zonas muy feas años y años de estudios culturales que abordaron hasta el hartazgo la cuestión de las distinciones entre lo popular y lo masivo, esta gente llamaría “popular” a un supositorio si solo se introdujera en el culo de muchas personas.

Hay cruces entre lo popular y lo masivo, está claro. Pero estos términos nunca son intercambiables. Eso que los tipos de la tele llaman carisma y que sin dudas el abrazador de destructores del aparato productivo tiene, debe anclarse en alguna zona de lo popular, en algún resabio de verdad, de pibe de bolívar que muestra, en ciertos gestos espontáneos pero también estudiados, la fascinación por ocupar el lugar que ocupa.

Desde esta confusión, Tinelli ha sido rescatado últimamente hasta por cierto kirchnerismo. Una reivindicación que tal vez nazca de la reciente adhesión de Tinelli a la presidenta. Algo que define con mucha más claridad a Tinelli que al kirchnerismo, y que no debería exigir ningún tipo de reciprocidad.

Cuando Marce se animó a señalar que votaría a Cristina, los que lo creemos un gran conocedor del ánimo de las mayorías, supimos que ese era el indicio de un cambio en el humor social. Algo parecido a la resignación por parte de los sectores de poder, expresada por alguien que no había dudado en reivindicar a Carlos Saúl y llevarlo a su Gran Cuñado con honores hacía 5 minutos.

Cuando él dijo la voy a votar, dijo “la suerte está echada, muchachos”. Nada más. Nada menos. Agosto y octubre del 2011 lo demostraron con creces. Sin embargo, eso tampoco lo convierte en popular. No más que a De Mendiguren o Franco Macri, por ejemplo.

Aceptemos que las mediciones televisivas están bien hechas. Que no importa que las haga una sola empresa, o que desconozcamos los vínculos entre ésta y las empresas medidas. Supongamos que la muestra es totalmente anónima y que está homologada por algún tipo de entidad superior. Aceptémoslo. Después de todo, hay gente que acepta la existencia de dios. En ese caso, mucha pero mucha gente mira Show Match. ¿Y eso? También las personas aminoran la marcha de sus automóviles para observar con detalle los cuerpos que sangran sobre el asfalto tras un accidente.

¿Alcanza el pico de rating para celebrar la existencia de un programa? Quizás estemos tan hartos de escuchar a tipos a los que la masividad les parece sinónimo de escoria que nos vemos tentados (peronísticamente) a postular lo contrario. La adhesión de las mayorías (incluso para un acontecimiento político) es un dato insoslayable. Pero jamás lo agota en su caracterización. ¿Mayorías para qué? ¿Para los indultos o para la asignación universal por hijo? Sin ir más lejos.

Todos portamos una dosis de morbo y de curiosidad. A cuál de esas zonas de nuestra psiquis apunta un producto televisivo también habla de él. Elegir que todo pase solo por el tamiz del rating revela, para empezar, una pereza intelectual que deprime. Y una de las formas más rebajadas de seguidismo periodístico.

Por otra parte, aún si sabemos cuánta gente mira a Marce, no sabemos cómo lo hacen. ¿Con atento silencio o como ruido de fondo? ¿Con devoción o ironía? ¿Con credulidad o cinismo? Preguntas siempre ocultas detrás del número, debajo de la baba de liviandad con la que suele hablarse de consumos culturales en estos pagos de periodismo de espectáculos (también) en crisis.

Podemos ver a Tinelli simplemente porque es más divertido que cualquiera de las otras cosas que nos ofrece la tele. Y porque apagarla, bueno, nos asusta un poco. Hay que conversar con la persona que se acostó al lado, tomar un libro, intentar dormir, no es fácil. Podemos verlo y punto. Lo que no podemos, creo, es inventarle atributos que aligeren la culpa burguesa de mirarlo o que nos diluyan la angustia que siempre le provoca al bienpensante el no compartir los gustos de eso que en cada momento se define como “mayoritario”.

Show Match podrá hacer 500 puntos. Sin embargo, seguirá siendo ese escenario en el que se llama “integración” a la exhibición circense de personas con discapacidad, el sitio que apila mujeres a modo de escenografía en tiempos de tanta violencia doméstica, el ciclo que trafica el golpe bajo como atajo insalubre hacia la emoción, el dispenser que llena el mapa mediático de criaturas irrelevantes y, para siempre, el tugurio desde donde el presidente más siniestro de la historia de la democracia argentina cerró su campaña por la reelección del 95.

Nada que uno no pueda olvidar, claro está, a cambio de un confortable silloncito en el jurado del Bailando.

lunes, 11 de junio de 2012

Le pregunto si las cosas están en manos de dios

 

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Me dice que no cree en dios. Le digo que yo tampoco. Y me voy. Afuera, sólo tiempo.

Me voy pensando que necesito una religión. Ya mismo. Tendría que poder bajar y comprarme una. O pedir que me la traigan a casa. Deme la más cara. El dinero ya no es un problema para mí. El concepto de "ahorro" se volvió algo cruel. Quiero la mejor. ¿Tiene un catálogo? A ver... Déjeme ver... No, discúlpeme, pero no está en mis planes reencarnar, al menos que usted pueda darme algunas garantías, claro... Trabajé toda la vida, ¿sabe?

¿Cómo es el paraíso cristiano? Muéstreme... ¡Pero acá no se ve nada! Escúcheme, yo no quiero sensaciones. A quién le hago el reclamo después si usted me vende una sensación que yo no percibo. ¿No tiene algo parecido a un spa?

Sí, ¿por qué no? El paraíso de los vikings es interesante: el hombre del martillo, ¿cómo se llamaba? ¿Sigue siendo rubio y musculoso como en los dibujitos animados? ¿Tiene lugar ahí? Porque me gustaría hacer una reserva. ¿Cómo que tengo que morir combatiendo? ¿No se da cuenta de que soy una mujer? Estúpido. Escandinavo y estúpido.

 

LA AUSENCIA DE TODAS LAS COSAS, Viernes 22:30, El Popular (Chile 2080)

domingo, 3 de junio de 2012

#mayo































lunes, 21 de mayo de 2012

La ausencia de todas las cosas

La ausencia 2012

Desde el 8 de junio, todos los viernes a las 20:30 en Puerta Roja, Lavalle 3636.

viernes, 18 de mayo de 2012

El enigma Volpato *

china
Me piden que piense cuál fue el Chino Volpato de la historia. Suponen que soy un tipo sencillo, con una salud mental tirando a la media. Creen que me voy a subir a esta consigna sin cuestionarla, sin preguntarme qué quiere eso decir, qué es la Volpatez. Ilusos.
El Chino Volpato, entiendo, fue el integrante de bajo perfil del Grupo de Tareas humorísticas que conocimos alguna vez como MIDACHI. Esta asociación que debería ser considerada de carácter ilícito apeló siempre a un humor que se reivindica simple, que en este caso no es más que un eufemismo de pobre. Y la pobreza, como se sabe, es un flagelo que debe ser erradicado.
MIDACHI ha sido la forma profesional de consagrar un humor amateur, en el peor sentido del término. Es decir, ese humor que parece hecho por oficinistas en los 15 minutos que les quedaron libres entre el final del almuerzo y el primer eructo en el escritorio.
Si el profesionalismo implica autoexigencia, MIDACHI anduvo por las antípodas de esta premisa y dio siempre la sensación de tomar lo primero que tuvo a mano. ¿A qué responde si no esa berreta práctica de rotisería de bautizarse con un neologismo compuesto por el nombre de sus integrantes? MI de Miguel-DA de Dady-CHI de Chino- AY de nosotros. Para ser más claro aún: el logo de MIDACHI es un emoticón, señores. ¡Un emoticón! No debe existir algo más básico y zonzo en el sistema solar. Y ahí está, sonriendo estúpidamente en los afiches del grupo.
MIDACHI llega a los escenarios de Buenos Aires en 1989, ¿les dice algo ese año? Sí, MIDACHI fue parte de los escombros que arrastró el tsunami cultural menemista. Con el plan Bunge & Born, la privatización a mansalva, las baratijas importadas y los diputruchos, llegó MIDACHI. Tipos que consideran humorístico ponerse una peluca, unas tetas postizas y hacer playback. Nada que un tío borracho no pueda hacer en una despedida de soltero. Eso sí, ensayadísimo.
En ese contexto, Dady Brieva siempre fue el que dio indicios de estar para más. Aunque, claro, MIDACHI es comodísimo y genera una rentabilidad emocionante. Por eso hasta puede defenderlo públicamente y pretender ponerlo a la par de Les Luthiers. Como un “Les Luthiers popular”, le llegué a escuchar. Hay gente, que confunde “popular” y “masivo” con una torpeza que preocupa. Y en nombre de eso que postulan “popular” justifican cualquier poronga: BAILANDO POR UN SUELDO, el periodismo amarillo, los barones del conurbano y en el peor de los casos, MIDACHI.
Fuera del triste contexto de MIDACHI, Dady siempre dejó la sensación de que podría hacer otras cosas que superaran el nivel de zócalo de esas gracias de acto de fin de año. Intentó radio, cine, libro, tele, con diversa suerte, pero dignamente. O más dignamente que cuando le mira el culo a una vedette muda acompañado de risas grabadas en las repeticiones eternas del 13.
El caso de Del Sel es el opuesto. Encarna con generosidad todos nuestros prejuicios sobre el típico profe de educación física menemista bailador de salsa y contador de chistes de homosexuales en los velorios. Tanto que disolvió MIDACHI solo para ejercer un rol todavía menos gracioso y aún más dañino: candidato del PRO.
Lo de Volpato, por su parte, es más inescrutable. Se beneficia de aquella ventaja que explotamos los tipos que hablamos poco: la sospecha pocas veces despejada acerca de una inteligencia oculta. Ese silencio esconde a los cerebros de los grupos, pero también a los inútiles cebadores de mate que alguien lleva de viaje porque alguna vez, en un recreo de 2do grado, le cayó bien. Un misterio. Un hombre de bajo perfil en el ojo de una fea tormenta que hizo del perfil alto una marca de fábrica. Los integrantes de MIDACHI son lanzados, extrovertidos, incansables, jodones, bah, todas esas cualidades que uno desprecia en los compañeros de trabajo con fundados motivos.
El Chino no parece nada de eso.
¿Es el que cuenta la plata? ¿Es el que equilibra los egos de las dos estrellitas del grupo? Puede ser. Para mí será siempre el cómplice que otorga con su silencio. El testigo indolente de un estrago imperdonable. El que habiendo podido decir una y mil veces “basta”, calló. El que tuvo a Del Sel a tiro para hacerlo rodar escenario abajo, pero prefirió no hacerlo. Por eso, el Chino Volpato no me cae ni un poquito así de simpático.
La historia está llena de tipos de bajo perfil que persisten hasta más allá de lo esperable.
El primero que viene a mi mente es Juan José Paso. Una figura de perfil bajo, que estuvo en la Primera Junta, la Junta Grande, los dos primeros Triunviratos y el Congreso de Tucumán. Y sin embargo, ¿alguien recuerda una frase célebre de Juan José Paso? Debe ser ese apellido tan cercano a la rendición que nos impide pensarlo como uno de los grandes cerebros de la Independencia argentina. Pero la verdad, comparar a ese protagonista del 25 de mayo con el actor secundario de MIDACHI TV, sería de tal injusticia que no me lo perdonaría nunca.
Si los Volpatos son los segundones que salen en las fotos, la historia no suele recordarlos. Punto. Más bien recuerda a aquellos segundones que se volvieron siniestros, caso López Rega. O traidores, caso Cobos.
De los otros, los segundos que mueren como tales, no hay casi noticias. Porque la historia, después de todo, no deja de ser un hervidero de egos recalcitrantes. Dentro de algunos años, tal vez meses, nadie sabrá si Volpato es una localidad de Calabria o un estúpido juego de mesa centroamericano. Lamentablemente, la historia sí tendrá un lugar para MIDACHI. Y es que la historia está tan sobrevaluada.

* Versión extendida de la nota publicada en el número 3 de la revista ZONA LIBERADA.

viernes, 11 de mayo de 2012

Homenajes



Este es el homenaje de Rep a Caloi. El de Nik sería abrir un parripollo en Gerli.

martes, 1 de mayo de 2012

#Abril