Los ausentes soplan grismente y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto.
Huyo toda la noche, encauzo la persecución y la fuga, canto un canto para mis males, pájaros negros sobre mortajas negras.
Grito mentalmente, el viento demente me desmiente, me confino, me alejo de la mano crispada, no quiero saber otra cosa que este clamor, este resolar en la noche, esta errancia, este no hallarse.
Toda la noche hago la noche.
Toda la noche me abandonas lentamente como el agua cae lentamente. Toda la noche escribo para buscar a quien me busca.
Palabra por palabra yo escribo la noche.
De una hoja mecanografiada por Alejandra Pizarnik, enviada a Félix Grande y publicada por Cuadernos Hispanoamericanos en agosto de 1972, un mes antes de su muerte. (Alejandra Pizarnik, Poesía Completa, Lumen)
"El viento demente me desmiente"...
ResponderEliminarAl leerla, de golpe se abre como la boca de un volcán en alguna parte del cuerpo.
Muy bueno q encendieras la mecha q la trae, la vuelve visible otra vez.
Gracias por andar leyendo. Y colaborando en este asunto de encender mechas que nunca deberían apagarse.
ResponderEliminarSi aprendiéramos a andar más lento, tal vez olvidaríamos menos y podríamos mantener las mechas encendidas. Demasiados potenciales.
ResponderEliminar"He aquí que se estremece el espacio como un gran loco"
(Extraído de "La mesa verde")