sábado, 3 de septiembre de 2011

Villarrica *

Spanisch-Chile-Villarrica3

Una mujer plancha un vestido negro.

Mujer: Todo es cuestión de estar bien con uno. Recién ahí podés estar bien con los demás. Yo pienso eso. Quiero decir, para ayudarte a vos, primero me tengo que ayudar yo. Aunque me digas que yo estoy bien mientras vos te estás hundiendo en un mar de lava. ¿Quién sos vos para decir que yo estoy bien? ¿Me preguntaste acaso? ¿Venís y me decís “cómo estás”? No, claro… El señor y su mar de lava. ¿Y yo? ¿Sabés que feo es ver una persona quemándose? ¿Te creés que es fácil? Pará de victimizarte, por favor.

¿Sabés por ejemplo lo mal que duermo yo desde que pasó eso? Tengo que tomarme la pastilla entera ahora. Pero claro, ¿cómo lo vas a saber vos si estás ahí descansando calentito? Y yo que no puedo sacarme esos gritos de la cabeza. ¿Tenías que pegar esos alaridos? “¡Socorro! ¡Socorro!”. Si todos aprendiéramos a valernos por nosotros mismos. Si entendiéramos que a este mundo venimos solos y nos vamos también solos, cómo cambiaría todo. Pero vos no… “¡Socorro! ¡Socorro!”. Como un desaforado. Te costó entender que gritar te predispone mal. Te tensa. Por suerte, como a los diez minutos lo entendiste y te callaste. O el fuego te disolvió las cuerdas vocales, no sé. Con lo cabeza dura que eras, debe haber sido eso. Además, ¿vos te oíste? “¡Socorro! ¡Me muero! ¡Auxilio!” ¿Nunca un “por favor”? ¿Un “te molestaría llamar a las autoridades del parque”? Nada de eso. ¿Dónde quedó la cortesía? No, si yo tengo razón: marchamos a una sociedad de animales. Seguro que si te sacaba del volcán tampoco me decías “gracias”. Si te conoceré.

Y esa mirada. No puedo borrarme la manera en que me mirabas justo antes de que se te derritieran los ojos. Como si yo tuviera la culpa de tu imprudencia. ¿No decía ahí “NO ASOMARSE”? ¿No decía ahí? Enorme era el cartel. Pero es lo que dicen en la tele: los jóvenes de hoy ya no leen. ¿Al señor hay que leerle los carteles también? Siempre fue así. Todo servido, ¿no? Todo en bandeja quería el señor.

Levanta el vestido. Lo mira. Lo da vuelta y plancha.

Mujer: ¿Qué hago yo ahora? Todos me señalan, ¿sabés? Y a mí no me gusta la compasión. Ocúpense de ustedes que yo me ocupo de mí. Pero no. Bajan la mirada. Secretean. Y peor los que se acercan y te dicen “pobrecito…”. ¿Pobrecito? ¿Y yo? ¿Yo que tuve que verlo todo? ¿Yo que tuve que escuchar? Porque lo tuyo fue rápido. Eso me dijo el forense, por lo menos. Pero yo. Toda la vida por delante tengo con ese sufrimiento. Y encima… ¡el primer día del viaje! Si sabía yo que la excursión al volcán había que dejarla para lo último. No me preguntes por qué, pero yo sabía. Con lo que yo esperaba ese viaje. ¿No me lo merecía acaso? Un viaje hermoso que no terminamos de pagar. ¿Y quién lo va a pagar finalmente? La estúpida. Mientras el señor descansa eternamente. ¡Eternamente descansando! ¡Dios mío! Nunca te gustó trabajar.

Y los sinvergüenzas esos que no me reconocen nada. La reserva está tomada, señora.

Y todo fue tan rápido, los carabineros, los trámites del seguro, la autopsia de ese pedacito de glúteo que rescataron los paramédicos y que sirvió para confirmar que estabas quemado. Como si no lo supiera yo, que lo vi.

Tan rápido pasó todo que ni siquiera llegué a guardarme los jaboncitos del hotel. Con lo que a mí me gustan. Pero claro, a quién le importo yo. Si es lo que yo digo: si no se ayuda una, quién nos va ayudar.

Termina de planchar. Toma el vestido y lo pone delante de ella. Se mira al espejo.

Mujer: Pero vos no te preocupes. Esta mala madre se va a poner este vestido negro viejo y va a sonreírle a todo el mundo. Cosa que nadie se preocupe. Voy a soportar las miradas y los comentarios mientras vos ya no te ocupás absolutamente de nada. Porque al final tenían razón: los hijos varones son crueles.

 

* Villarrica se estrenó en EL CAMARÍN DE LAS MUSAS, en Noviembre del 2009, en el marco del “Festival de Monólogos NO HAY DRAMA”, con la dirección de Gabriela Bianco y la actuación de Evelia Romano.