“Oh, si una Musa de fuego ascendiera
al más brillante cielo de la invención;
un reino por un escenario, príncipes que actúen
y reyes viendo crecer la escena.
Entonces el aguerrido Harry, él mismo
asumiría el porte de marcial y a sus talones,
azuzados como sabuesos, el hambre, la espada, y el fuego
se agazaparían pidiendo empleo. Pero perdonad, gentil público,
a los chatos espíritus que han osado
presentar en este indigno tablado
tan grande tema: ¿podrá este patio de riña de gallos
contener los vastos campos de Francia?, ¿o llenar
esta O de madera con los cascos mismos
que atemorizaron el aire en Agincourt?
¡Oh, perdón! Ya que una figurita chueca puede
representar millones en un pequeño espacio,
como ceros en esta gran cuenta,
trabajemos sobre vuestras fuerzas imaginarias.
Suponed que dentro del cerco de estos muros
haya ahora encerradas dos grandes monarquías,
cuyos frentes que se elevan lindantes
el peligroso y estrecho océano divide:
componed nuestras imperfecciones con vuestros pensamientos,
dividid a un hombre en mil partes
y producid una fuerza imaginaria;
cuando hablamos de caballos pensad que se ven
sus soberbios cascos hollando a la entregada tierra;
pues vuestras ideas son las que hoy adornarán a los reyes,
llevándolos de aquí para allá, saltando sobre el tiempo,
convirtiendo las proezas de muchos años
en un reloj de arena…”
William Shakespeare, fragmento del comienzo de Enrique V
En la foto, el increíble elenco de La Ausencia de todas las cosas, que se presentará por última vez el viernes 16 de noviembre a las 22:30 en el teatro El Popular (Chile 2080)
Cómo se le agradece a quien hace que se restablezca el contacto con aquello que se perdió hace más de dos décadas?
ResponderEliminarGratitud infinita.
Contándomelo. Haciendo que este post ya haya valido la pena. Gracias.
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