martes, 20 de diciembre de 2011

Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres) 7 *

CTCCSFA 7

Habitación de Roberto. Música de piano.

Roberto: Otra interminable noche de verano. Emilio y yo transpiramos ginebra. Hay un ventilador que gira lentamente. Sólo para darle un toque más sórdido a esta obra. La ventana está abierta, la luz es débil. ¿Qué más precisa uno para tener ganas de colgarse de la viga más alta del techo?

¿A qué hora te dijeron?

Emilio: A las 10.

Roberto: No llegamos.

Emilio: Llegamos.

Roberto: No, no llegamos.

Emilio: Si no nos ponemos no, pero...

Roberto: No llegamos.

Emilio: Basta, pelotudo. Larguemos de una vez.

Roberto: No llegamos.

Emilio: Esta es la parte en que le tiro la carpeta por la cabeza. Todas las hojas sueltas se desparraman sobre esta lamentable habitación.

Roberto: ¡Ey! ¡Vos no podés decir eso! ¡No podés dar indicaciones sobre la obra! ¿Está claro?

Emilio: En este momento, nadie sabe quién está en condiciones de dar órdenes. O peor: todos creen que están capacitados para hacerlo.

Roberto: Yo toco el piano.

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha.

Emilio: Esperá que la encuentre...

Se escuchan los primeros cuatro compases de la introducción de una marcha. Emilio canta.

Emilio: Ahí van nuestros patriotas / por una y mil conquistas, / lisiados peronistas, / que avanzan sin cesar.../ Luchando junto al líder / y a los descamisados/ conducen temerarios / sus ágiles rodados...

Roberto: Me río. Me río. No puedo contener la risa.

Emilio: Jamás claudicarán / ante...

Silencio.

Emilio: ¿Qué te pasa, pelotudo de mierda?

Roberto: Es gracioso, che... Perdoná pero es gracioso. Me los imagino a los tipos...

Emilio: ¿Y qué hay?

Roberto: Nada... Es gracioso.

Emilio: A mí me parece una imagen futurista muy poderosa.

Roberto: Puede ser... Puede ser... Es tu letra... Igual te recomendaría que les dejes la partitura, agarres la guita y salgas corriendo. Antes de que te persigan con sus "ágiles rodados" para matarte.

Emilio: No, no... Me parece que no entendés la mecánica.

Roberto: ¿Qué mecánica?

Emilio: Vamos a ir allá a cantársela.

Roberto: ¿Estás loco?

Emilio: En eso quedamos: ellos no leen música, Roberto. Necesitan escucharla.

Roberto: Ni en pedo.

Emilio: Ya quedé.

Roberto: Buscate otro pianista, hermano.

Emilio: ¿Qué te pasa? ¿De qué tenés miedo?

Roberto: ¿De qué? ¿Te parece que vamos a tener una discusión musical? Esos tipos andan calzados hasta para ir al baño. ¿Qué te parece que va a pasar si no les gusta?

Emilio: Son militantes, pelotudo. No cowboys. Te pensás que andan matando pianistas si no les gusta lo que tocan. Salí del pianito, querido. Andá a dar una vuelta por la calle que te va a hacer bien.

Roberto: Y qué hay en la calle, boludos armados. Con o sin uniforme. Eso hay. Mejor me quedo en casa.

Emilio: Vos no entendés nada. No sabés lo que está pasando afuera.

Roberto: ¿Qué pasa afuera, Emilio? Explicame, dale.

Emilio: La gente se prepara para volver a ganar la calle. Eso pasa.

Roberto: La gente. ¿Qué gente? Vos, yo... Sotelo...

Emilio: El pueblo, salame.

Roberto: Uy, cagamos. Apareció el bendito pueblo.

Emilio: Vos no sabés lo que es el pueblo.

Roberto: Sí: el lugar donde se terminan las discusiones. El pueblo dice esto, el pueblo siente aquello. ¿Y quién lo sabe? No me vengas con boludeces peronistas.

Emilio: No somos loquitos, ¿sabés?

Roberto: ¿Quiénes "somos"?

Emilio: Los peronistas.

Roberto: Acabáramos... ¿Y a vos desde cuándo se te dio por el peronismo?

Emilio: ¿Sabés desde cuándo? Desde que me quedé esperando toda la noche que mi viejo volviera a casa. Toda la noche. ¿Y sabés cuando volvió?

Pausa.

Emilio: Nunca.

Pausa.

Emilio: No lo vimos más.

Pausa.

Emilio: Un cajón cerrado y a llorar a la iglesia.

Silencio prolongado.

Roberto: Arriesgaste mi vida.

Emilio: Todos estamos en peligro. Hay una dictadura ahí afuera.

Roberto: Tenía derecho a saber. Y la verdad es que sigo pensando que no me gusta la gente armada. No me gusta.

Emilio: A veces no hay alternativa. El día que podamos votar va a ser distinto.

Roberto: Yo me abro.

Emilio: No podés hacerme esto.

Roberto: Tomá tus papeles y andate.

Pausa.

Emilio: Mientras recogía mis papeles pensé que tal vez esa era la última vez que nos íbamos a ver. Lo hubiera abrazado si no fuera por aquel presagio de traición que nos sobrevolaba. Roberto baja la tapa del piano y camina hacia la ventana. Yo paso por arriba de la cama, sin sacarme los zapatos, y abro la puerta para salir de su vida.

Pausa.

Roberto: Sigue ahí.

Emilio: Ya sé.

Pausa.

Oscuridad.

Voz de Roberto: ¿Vos dijiste "oscuridad"?

Voz de Emilio: No. ¿Y vos?

Voz de Roberto: No. Qué raro, ¿no?

Voz de Emilio: Sí. Muy raro.

-Continuará-

* Canciones… obtuvo la Primera Mención en el Concurso de obras inéditas de Teatro 2008 del Fondo Nacional de las Artes. Y busca Director.

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3 comentarios:

  1. Yo también. Claramente. Gracias por andar leyendo.

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  2. Bravo Turner !!!En cualquier momento me hago peronista (Y rinco contento porq salgo del placard)
    Mabel

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