lunes, 21 de marzo de 2011

Dónde Caerse Muerto – 4 *

(Teatro político por entregas. O viceversa)

tumba de marx

Cementerio. Noche. Ricardo se disponía a tener una cena romántica con su novia junto a la tumba de sus padres. Pero el chico del delivery de pizzas, Enguels, le advierte que debe dejar el cementerio antes de que lleguen las masas a iniciar un foco revolucionario. Ricardo se niega: esta parcela de cementerio que le dejó su padre es todo lo que tiene.

Ricardo mira a Claudia.

RICARDO: Así es, mi amor. No tengo nada.

CLAUDIA: Nada, no: tenés la corbata, el reloj. Tenés pelo. Tenés aparato digestivo, estructura superyoica, ropa interior, pasado... Muchas cosas.

RICARDO: Y el auto...

ENGUELS: Es robado. Usted lo dijo.

RICARDO: Ya no. La propiedad privada no existe más. Usted lo dijo.

ENGUELS: Entonces permítanos tomar la tierra.

RICARDO: Hagamos una cosa: les doy el auto y me dejan de joder.

ENGUELS: Es terco, ¿eh? Ya lo perdió todo. ¿Por qué no se nos une?

RICARDO: ¿Y qué cargo me correspondería?

ENGUELS: ¿Cargo?

RICARDO: Claro. Supongo que si me uno a ustedes, cuando tomen el poder me corresponderá algo. Un nombramiento...

ENGUELS: No sé. Hay cuadros técnicos del movimiento, hay prioridades, compromisos asumidos con anterioridad, usted comprenderá.

RICARDO: ¿Debo entender que todos los puestos están ocupados?

ENGUELS: Déjeme ver...

Enguels saca un papel todo doblado de uno de sus bolsillos. Lo mira.

ENGUELS: Ministros... Secretarios... Asesores... Consejeros... Personal burocrático... Ordenanzas... A ver... Acá... sí... no... Pensé que había una suplencia de ordenanza en la Subsecretaría de Asuntos Delicados, pero no... Aunque yo podría recomendarlo si surge una vacante...

RICARDO: ¡Ordenanza!

ENGUELS: Suplente.

RICARDO: No puede ser. Yo soy el que más va a poner en esto. Ustedes no tienen nada. Y no me corresponde un puto puesto jerárquico.

ENGUELS: Es que están todos ocupados.

RICARDO: ¿Todos los puestos del Estado?

ENGUELS: Es que en estos últimos años lo achicaron mucho. Usted sabe...

RICARDO: Entonces no hay nada que discutir. Se acabó la negociación. Lo lamento. No pienso moverme de este lugar...

A lo lejos, disparos, gritos. Enguels mira a Claudia.

ENGUELS: Señorita, ¿por qué no lo hace entrar en razones? Usted parece una mujer centrada...

CLAUDIA: ¿Qué quiere decir "centrada", mi amor?

RICARDO: Que le vas a dar la razón a él.

CLAUDIA: Y bueno... La verdad que el señor tiene razón...

RICARDO: Yo creo que no tiene razón un carajo.

CLAUDIA: Puede ser. Ahora que lo decís...

ENGUELS: Ustedes no entienden la gravedad de la situación. Estoy tratando de consensuar con ustedes para que nadie salga lastimado. Pero les aseguro que mi paciencia tiene un límite.

CLAUDIA: ¿Escuchaste, Ricardo?

RICARDO: Sí. ¿Qué hay? No me importa nada. A mí estos zurdos no me van a joder.

ENGUELS: Viendo que las cosas son así, voy a tener que comunicarle esto al responsable de la operación.

RICARDO: Hacé lo que se te cante, pelotudo.

ENGUELS: Se va a arrepentir.

Enguels sale pisando fuerte. Ricardo mira para otro lado. Claudia lo mira irse.

CLAUDIA: Chau...

Claudia mira a Ricardo.

CLAUDIA: Se fue sin saludar... No puedo creerlo.

RICARDO: Tenemos que pensar algo. Rápido.

CLAUDIA: Llamemos a la policía.

RICARDO: ¡Eso! ¡Sí! ¡La policía!

Pausa.

RICARDO: Lo que pasa es que... no puedo. La policía me está buscando.

CLAUDIA: ¡Perfecto!

RICARDO: No entendés. Me están buscando para meterme preso.

CLAUDIA: ¿Por qué?

RICARDO: No importa por qué... Lo que importa es que no puedo llamarlos antes de encontrar un buen abogado.

CLAUDIA: ¿Tu papá no es abogado?

RICARDO: Papá está muerto, Claudia...

CLAUDIA: ¿Pero nunca va a volver? ¿Nunca?

RICARDO: Vamos a tener que pensar otra cosa.

CLAUDIA: Otra cosa... ¡Ya sé! ¡Llamemos a la policía!

RICARDO: Eso no es otra cosa. Eso es la misma cosa.

CLAUDIA: Una cosa, otra cosa... A veces se me confunden.

RICARDO: Ya sé. Vamos a decirles que estás embarazada. Eso los va a conmover.

CLAUDIA: Ricardo... Lo sabías.

RICARDO: ¿Qué cosa?

CLAUDIA: Que estoy embarazada.

RICARDO: No. No puede ser... Si yo... No... Tiene que haber un error... ¿Estás segura?

CLAUDIA: Vos dijiste.

RICARDO: ¿Yo? No, lo que dije es que íbamos a decirle a los zurdos que estás embarazada.

CLAUDIA: ¿Ves? Estoy embarazada. Soy muy feliz, mi amor. Aunque pienso que yo tendría que haberme enterado antes que vos. Sería lo lógico.

RICARDO: Pero es mentira. ¿No entendés?

CLAUDIA: Qué crueldad. Con eso no se juega. Me había hecho tantas ilusiones. Iba a ser médico. Iba a tener un montón de amigos. Y le íbamos a regalar un pedacito de tierra aquí, para que algún día lo enterraran junto a nosotros. Se iba a llamar Charles Aznavour.

Ricardo la toma de los hombros y la sacude.

RICARDO: ¡Pará! ¡La puta que te parió! Lo que yo dije es que íbamos a mentirles. Vamos a decirles que estás embarazada, pero vos y yo sabemos que eso no es verdad. No-es-ver-dad.

CLAUDIA: ¿Vamos a mentirles?

RICARDO: Sí. Vamos a mentirles.

CLAUDIA: Qué horrible. Parecen gente sensible.

Entra Enguels acompañado por un hombre morocho, robusto y vestido con un mameluco azul. Lleva una pistola en el cinturón.

ENGUELS: Señor Ricardo, le presento a mi superior: Trosqui.

(continuará)

* Dónde caerse muerto está publicado en la antología “Autores en construcción I”, (Libros del Rojas, Editorial Nueva Generación).

1 comentario:

  1. Ayyyy socorro!!! esa Claudia es temible!
    esperamos más cap{itulos, amigo
    beso
    gb

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