viernes, 26 de febrero de 2010

¿Así era lo del pacto de la Moncloa?


Tenemos que hacer un gobierno para todos, dice. Para los que quieren a Videla y para los que no lo quieren. Genial.

Un gobierno para los que quieren elegir mandatarios a través del voto. Y para los que prefieren bombardear plazas, desenfundar armas y sacar a los presidentes elegidos por aquellos votos con custodia policial.

Pensemos un gobierno para los que quieren el Congreso. Pero también para los que quieren una Comisión de Asuntos Legislativos integrada por tres muñecos de uniforme.

Un gobierno para los que editan libros y para los que los queman, ¿por qué no?

Para los que tienen hijos y para los que robaron los de otros en algún procedimiento.

Para los que te tocan el timbre y para los que te patean la puerta de tu casa a las 4 de la mañana.

Para los obstetras y para los que picanean embarazadas.

Para los periodistas y para los que publican lo que les mandan en un sobre desde el batallón 601.

Para los que les gusta viajar y para los que les gusta tirar gente drogada desde los aviones.

Es hora de pensar un gobierno que incluya a los maestros y a los que empalan niños, a los médicos y a los torturadores, a los artistas y a los censores, a los delegados y a los entregadores, a nosotros y a los que nos quieren matar, a los jueces que juran por la constitución y a los que lo hicieron por el estatuto del proceso.

A todos. Que eso es el pluralismo. Eso es, después de todo, la república que sueña esa gente buena.

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