Dependencia policial. Luces que se prenden y se apagan. Baja de tensión.
Ordóñez: Cómo están hoy, ¿eh?
Comisario: La mano está brava, Ordóñez.
La luz se aquieta.
Comisario: Terminaron, gracias a Dios. ¿Ya trajeron al nuevo? Quiero verlo.
Ordóñez: Ya están avisados. En cuanto llegue a esta dependencia lo hacen pasar por su oficina, Señor.
Comisario: Quiero verle la cara a ese apátrida.
Ordóñez: Terrorista.
Se escuchan gritos.
Ordóñez: Me parece que ya llegaron.
Comisario: Ordóñez sale y regresa con Bolaños, el detenido. Está esposado y tiene algunas marcas de golpes en el rostro. Hay algunas gotitas de sangre en su camisa.
Finalmente, Bolaños.
Silencio.
Comisario: Hacía mucho que te andábamos buscando.
Emilio: Acá estoy. Pero todavía no sé de qué se me acusa.
Comisario: No te hagas el tontito que tu amigo cantó.
Emilio: ¿Quién?
Ordóñez: El artista.
Comisario: Cuando le secuestramos el piano se quebró...
Emilio: ¡Roberto! ¿Qué puede haber dicho?
Comisario: Todo. Tus planes para asesinar a nuestros niños, para destruir la familia, para corromper la sociedad.
Emilio: Yo...
Comisario: Entregó papeles muy comprometedores, Bolaños.
Ordóñez: Sí, le prometieron que a cambio le devolvíamos el piano.
El comisario y Ordóñez se ríen.
Comisario: Pobre pibe. Todavía está esperando... ¿Usted sabe cuánto me pueden dar por un piano de esos?
Emilio: No sé nada de ese tema.
Comisario: Usted no sabe nada de nada, Bolaños.
Ordóñez: Nada de nada.
Las luces titilan. Los tres miran hacia arriba.
Ordóñez: Otra vez empezaron los interrogatorios.
Silencio prolongado.
Comisario: Oscuridad.
Oscuridad.
-Continuará-
* Canciones… obtuvo la Primera Mención en el Concurso de obras inéditas de Teatro 2008 del Fondo Nacional de las Artes. Y busca Director.
Peron sonrie demasiado para este capítulo .
ResponderEliminarYa lo dijo Feinmann: el tercer Perón...
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